jueves, 18 de octubre de 2012

Vigilantes de la verdad

Quiero escribir sobre las verdades que uno dice, a pesar del miedo a cagarse todo. Ser valiente y hablar, pero no de cualquier modo. La verdad es propio decirla de forma clara y concreta, porque para mi este es el modo de liberarse de la angustia que muchas veces genera el enclaustramiento de una verdad que no es ajena al otro. Hay momentos en donde saber la verdad no es suficiente, se debe hablar en voz alta y ser escuchado. Objetivar la verdad a través de la palabra y la escucha del otro.

Muchas veces guardamos verdades que creemos que sólo son nuestras, pero si sólo fueran nuestras no las guardaríamos sólo las tendríamos. Si la verdad es guardada, tiene que ser guardada por algún motivo, porque se quiere esconder del oído ajeno a quien esta verdad también afecta. Sin embargo, muchas veces el otro no sabe de esta verdad que secretamente lo involucra, y lo más justo es hacerle saber su verdad que fue creada mediante su interacción con el otro, en este caso del que posee aquella verdad oculta. Sólo al atreverse a decir la verdad y a saber escucharla.... es algo que libera. Porque no sólo el preso se tiene que quedar en la cárcel, debe haber un guardia que lo esté constantemente vigilando para que no escape. Es esa constante vigilancia de la verdad, algo angustiante que no deja al vigilante salir a ver el mundo que hay fuera de esta cárcel de verdades.

Por eso hablen!!! salgan de su cárcel y vean el sol, sientan el calor, la lluvia.... huelan las flores y la mierda....pero sobre todo traten de no volver a cargar con las cadenas de algo que no tiene porqué ser encadenado.

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